HISTORIA Y GOBIERNO

Estudios de La Iglesia de Dios

La Continuación 1923

La Iglesia fundada por Cristo estaba destinada a experimentar la “gran apostasía”; pero, más importante aún, la congregación de Dios volvería a levantarse una vez más, para eventualmente ser presentada a Cristo como una gloriosa Iglesia sin mancha ni arruga. Así como se necesitaron siglos para que la Iglesia cayera por completo en la apostasía, también pasarían siglos hasta que apareciera el primer vislumbre, de la reforma, y algún tiempo más antes de que la Iglesia se levantara hasta alcanzar la plenitud de su gloria. La tardanza no se debió a la falta de poder o capacidad de Dios, sino más bien a la flojedad del hombre al no poder entender las Escrituras.

Después de años de inquietud religiosa, insatisfacción y caos espiritual, la luz de la reforma de la justificación por la fe se abrió paso a través del tenebroso cielo espiritual. El descubrimiento de Martin Lutero respecto a la justificación y salvación por la fe en el siglo dieciséis, en oposición a la práctica común de que la salvación se obtenía por las obras, no ocasiono inmediatamente un rompimiento con la Iglesia institucionalizada. No obstante, no paso mucho tiempo sin que Martin Lutero Iglesia institucionalizada hizo lo que pudo para hacer desaparecer el “luteranismo” y la salvación por la fe. Sin embargo, ya era demasiado tarde. La luz de las Escrituras había resplandecido y habían reformadores dispuestos a andar en esa luz. ¡La reforma había comenzado!

El siguiente rayo de luz bíblico que penetro las tinieblas espirituales resplandeció en la primera parte del siglo dieciocho. Bajo la influencia de Juan Wesley y otros, el “alcance de la perfección cristiana” comenzó a ser predicada en sermones poderosos a través de casi toda Europa y América. El punto de vista de Juan Wesley respecto a “la segunda experiencia de la gracia divina”, muy pronto se convirtió en la base para un movimiento de santidad completamente nuevo. Para muchos, la verdad de la “experiencia de la santificación como la segunda obra definida de la gracia”, vino a ser el siguiente paso lógico hacia el retorno de la doctrina del Nuevo Testamento. Muchos reformadores bíblicos aceptaron la verdad de las Escrituras y anduvieron en su nueva experiencia de la “completa santificación”.

A la vuelta del Siglo Veinte, el mundo espiritual fue literalmente sacudido hasta su mismo fundamento con la llegada de una doctrina bíblica recién descubierta. Después de una búsqueda sincera de las Escrituras del Nuevo Testamento, y de un deseo ardiente del mismo poder de Dios disfrutado por la Iglesia primitiva, hombres como Charles Parham, W.J. Seymour y otros, fueron guiados a la verdad del bautismo del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en otras lenguas. Con grandes avivamientos tales como los del Condado de Cherokee, Carolina del Norte; Topeka, Kansas y Los Ángeles, California, la verdad recién resplandecida del “Bautismo del Espíritu” se difundió como un fuego feroz a través de los Estados Unidos y alrededor del mundo. La congregación de Dios se extendió lentamente, pero con paso seguro de regreso a la excelencia espiritual.

El siguiente evento resaltante en el programa de Dios, el cual vendría a través del mismo patrón de las verdades reveladas como la salvación por la fe, la santificación y el bautismo del Espíritu Santo, sería la gran afluencia o unidad de todos los hijos de Dios al único redil. A medida que el hombre continua andando en la senda de la luz reveladora de Dios, el será guiado a esta doctrina bíblica. Esta verdad es confirmada en Juan 11:51,52; “Mas esto no lo dijo de si mismo; sino que, como era el sumo pontífice de aquel año, profetizo que Jesús había de morir por la nación: Y no solamente por aquella nación, mas también para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban derramados”.

El antecedente de esta gloriosa ocasión, el último y más excelso evento en el retorno de la Iglesia de la apostasía, comenzó en un área montañosa remota del Condado de Cherokee, Carolina del Norte. Muy parecido al incidente ocurrido cuando los hijos de Israel estaban frente al Monte Sinaí en Éxodo 19:1, la Iglesia se levantó de los años oscuros de la apostasía por medio de la revelación de Dios. Así como la revelación de Dios hizo la diferencia entre los hijos de Israel y las otras naciones, la revelación de Dios también establece la diferencia entre la congregación de Dios y las demás congregaciones.

Los hijos de Israel recién habían salido de Egipto y estaban reunidos ahora frente al Monte Sinaí. Jehová se dirigió a Israel a través de Dios, Israel. Jehová le dijo a Moisés, “Ahora pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros seréis mi reino de sacerdotes, y gente santa”. (Éxodo 19:5, 6)

Israel, separado por las piedras y el desierto de todos los demás pueblos del mundo, recibió la Palabra de Dios. El excelso “Yo soy el soy” dirigió la palabra al pequeño e insignificante Israel y no a los grandes imperios de Persia, Asiria, Egipto y Grecia. Tantos pueblos poderosos en el mundo y sin embargo, Dios se dirigió a Israel, hizo pacto con ellos y los escogió para que fueran Su tesoro peculiar. Jehová escogió a la pequeña nación de Israel de entre todas las grandes naciones del mundo para que fuera Su pueblo singular o exclusivo.

En lo que respecta a razas, no había diferencia básica entre el hebreo, el persa o el griego. Tocante al ser una congregación de personas como tal, no había diferencia básica entre los israelitas, los hititas o los canaanitas. La diferencia estaba en la revelación de Dios que ellos experimentaron a través de la gracia, la cual fue sellada con un pacto. Esta es la única razón por la cual Israel era un tesoro peculiar para Dios entre todas las demás naciones del mundo. Israel era exclusivamente de Dios, no por lo que eran o por sus propios méritos, sino más bien por la revelación de Dios que recibieron a través de Su gracia y el pacto que ellos tomaron para obedecerle.

El pueblo de Dios en el Condado de Cherokee, Carolina del Norte, había estado buscando la verdad de la Palabra de Dios. Ellos se habían congregado al pie de la Montana Burger durante un periodo específico de tiempo para estudiar la Biblia. A.J. Tomlinson había sido guiado hacia la cumbre de la montaña sintiendo una ríndete necesidad adicional de comunión de Dios. Poco se habían percatado ellos, así como la congregación de Dios en el antiguo orden, que Jehová Dios se estaba preparando para dirigirse al pueblo a través del varón escogido. Ellos también, como la Iglesia primitiva, serian “una generación escogida, un real sacerdocio, una nación santa, un pueblo adquirido (peculiar)”.

A.J. Tomlinson descendió de la montaña y dijo en esencia lo que Dios le dijo a Moisés que hablara a los hijos de Israel: “… si diereis oído a mi voz, y guardareis mi paco, vosotros seréis mi especial tesoro…”.(Éxodo 19:5) Jehová Dios le dijo al pueblo a través de Moisés que obedecieran Su voz, guardaran Su pacto, y la congregación de Israel se convertiría en Su posesión singular adquirida. Después que A. J. Tomlinson recibió la revelación de Dios en la cumbre de la montaña, él le dijo a la congregación reunida allí: “Ustedes (han tomado) toda la Biblia (la disposición de obedecer la Palabra de Dios y Su voz)… están dispuestos a tomarla y guardarla (disposición para guardar el pacto de Dios) … eso hace que sean la Iglesia de Dios”. Tocante al ser santos, ellos no eran diferentes a otros santos pentecostales u otros santos seguidores de la santidad. Tocante a ser una congregación de adoradores, ellos conducían sus servicios de la misma manera en que los pentecostales y otros grupos de la santidad lo hacían. Lo que hacia la diferencia era la revelación de Dios que habían recibido a través de Su gracia y el pacto que tomaron para guardarlo.

Obtenido misericordia; no obstante, a través de la gracia de Dios, la Iglesia es hoy la congregación de Dios. Así como el Israel de la antigüedad, pequeño en número, un pueblo entre muchos pueblos, el nuevo Israel, la Iglesia de Dios, es el tesoro peculiar de Dios entre todos los pueblos. La revelación de Dios sellada con un pacto, es lo que hace la diferencia.

Como profetizo Isaías: “Levántate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”, (Isaías 60:1). La Iglesia comenzó a dar su paso fuera de la apostasía el 13 de junio de 1903. Con el “levantamiento” de esta, la congregación de Dios se ha estado preparando para la gran afluencia de todos los hijos de Dios. “Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos: más sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las gentes a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Alza tus ojos en derredor, y mira; todos estos se han juntado, vinieron a ti…”. (Isaías 60:2-4)

En el cumplimiento de los tiempos, Jesús reunirá todas las cosas en una. La Iglesia de Dios entonces será presentada a Cristo como “una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga o cosa semejante”. Esta comenzó en el Monte Hatin aproximadamente en el año 28 D.C., y después sucumbió totalmente en la apostasía debido a la negligencia y terquedad de los hombres. No obstante, se levantó en este lado de la edad oscura a fin de ser excelsamente perfeccionada y presentada a Cristo como una Iglesia gloriosa, victoriosa y triunfante.

Referencia Parte I a "HISTORIA Y GOBIERNO" Revisado 1985. Derechos de autor 1977 Por La Casa De Publicaciones E Imprenta Ala Blanca Cleveland, Tenesí, E.U.A.

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